Facultad de Economía

Opinión Divergencia
22 de mayo de 2020

Sociedad de papel

Siempre he creído en las buenas intenciones de las organizaciones sociales, la creación de metas comunes y el planteamiento de la igualdad como equidad, donde nazcan políticas y políticos que impulsen el mejoramiento de la sociedad. Empero, estos ideales pueden estremecerse sobre las débiles bases que son nuestras ideologías, debido a la posibilidad de la corrupción de estas, como un cáncer que ataca el cuerpo de un noble en un siglo donde la ciencia no era la solución, sino los rezos a dios o dioses que no muestran misericordia alguna.

En el siglo XXI, entramos en una etapa de despertar espiritual donde el humanismo se vuelca sobre nosotros como la religión que solucionará los problemas de una sociedad que mejora cada día en su forma de vida, por medio del capitalismo de la era digital. Sin embargo, esta mejora debilita nuestra conexión como humanos, nos sumerge en cúmulos insospechados de información que pocos saben ordenar y utilizar, estamos a la vanguardia de una guerra que se pelea en un plano inmaterial llamado internet. Las personas que vienen viajando desde el siglo pasado en esta nueva forma de sociedad comienzan a añorar el pasado brillante donde la simplicidad es deseada como una forma de vida sin convulsiones mediáticas constantes.

Dentro de este marco vemos el fortalecimiento del populismo de izquierda y de derecha, solapado bajo las entrañas de un mal ya visto en la segunda guerra mundial. El totalitarismo y el fascismo continúan creciendo día tras día en un mundo democrático pero ya débil, por aquella guerra del internet donde hemos entregado nuestra privacidad al dar likes en los posts de Facebook, Instagram y reddit. Con cada retweet nuestra mente es escudriñada por los científicos de los datos y cada vez que queremos entender nuestra cotidianidad entregamos esta a el buscador de Google.

Es solo ver cómo los políticos de nuestra era ya no están bajo una cierta tela de incertidumbre y de azar. Como pasó en Estados Unidos e Inglaterra, por medio del estudio de los datos que hemos entregado voluntariamente se diseñan campañas que individualizan a los votantes, dándoles un margen de maniobra en elecciones democráticas imaginario. Es esta la nueva crisis de la democracia que Churchill describió como el menos malo de los sistemas políticos.

No obstante, nadie debe confundir a los nuevos políticos del populismo con fascistas, ya que ellos no lo son ni se atreven a ser la carne de cañón de un líder fascista. Lo que podemos asegurar de ellos es que son pro fascistas, están abriéndole camino a una nueva ola de idealistas que se podrán aprovechar; si los dejamos dominar nuestros temores. Estos temores surgen de un mundo donde el trabajo de un contador será fácilmente remplazado por un IA(inteligencia artificial), los cambios en nuestras libertades y derechos incomodarán a las generaciones pasadas. La creciente mejora en nuestras vidas despertará la conciencia de los menos favorecidos y de los que viven en lujos pero entienden lo inmoral de las desventajas sociales, y por último el escepticismo acéfalo el cual nace a partir de la especulación de la realidad por medio del internet, donde todos los días se crean cientos de páginas y artículos de la conspiración, lo cual distancia la realidad que creemos percibir de la que realmente se alinea a hechos científicos. Un ejemplo de esto es la creencia de que el mundo no vive el cambio climático o por otro lado el renacer del terraplanismo.

¿Para qué pruebas si todos creemos? en esto se han convertido las noticias que transcurren en redes sociales: no en hechos, sino en opiniones que los algoritmos alinean a nuestras creencias y nos agrupan en masas sociales fáciles de moldear porque preferimos compartirlas con otros que ponerlas a prueba. Dejando así una sociedad de papel, donde los movimientos sociales construyen sus ideales bajo este paraguas de problemas y son parte del nuevo totalitarismo sin saberlo, olvidando lo que proclama el humanismo donde el individuo florece siendo el centro de los dilemas sociales.

Por: Santiago López Rodríguez

Imagen tomada de: https://ssociologos.com/2015/09/15/el-totalitarismo-en-el-siglo-xx/