Opinión Divergencia
30 de octubre de 2020
Reactivación sin presupuesto
La idea de tener una reactivación económica con el Presupuesto General de la Nación (PGN, 2020) aprobado por el Congreso de la República para el próximo año es absurdo. Este responde -una vez más- al cuán subestimadas se encuentran las consecuencias socioeconómicas de la pandemia y la poca atención que se presta a las verdaderas necesidades del país.
Las plenarias del Senado y Cámara aprobaron hace un par de semanas el Presupuesto General de la Nación para el 2021, el cual estipula un monto de $314 billones de pesos, un aumento de $42 billones de pesos respecto al aprobado el año pasado, de dicha cifra $184,9 billones irán a gastos de funcionamiento, $70,5 billones a intereses y amortización de la deuda pública y $58,5 billones a inversión. La continuación de este proceso es la aprobación y sanción presidencial, en otras palabras, una realidad.
A pesar de ser el presupuesto más alto en los últimos 12 años, este presenta varios puntos que dejan un gran interrogante sobre las dinámicas de reactivación económica del país como, por ejemplo, ¿por qué el rubro de defensa y policía es el segundo con mayor asignación presupuestal y no el fondo de mitigación de emergencias (FOME)?, o, ¿qué activos nacionales serán los que subsanarán el desfinanciamiento de $38 billones que presenta el PGN y cómo esto beneficiará la reactivación económica del país?, esto por mencionar algunos.
Los recursos del FOME pasarán de $25 billones en el 2020 a $3 billones en el 2021, las consecuencias de esta reducción representan una despreocupación estatal sobre la situación del país en el corto y mediano plazo, puesto que, se omiten escenarios donde exista una reaparición de brotes alrededor del país; asimismo indica la verdadera necesidad del gobierno para conseguir una cura, debido a que el propio ministro, Alberto Carrasquilla, informó que de este fondo provendrán los recursos para la adquisición de la futura vacuna, es decir, esfuerzos casi nulos para la obtención de la misma. En su contraparte se encuentra el sector defensa y policía, el cual tiene un presupuesto asignado para 2020 de $35 billones y se incrementaría en un 9.2% para 2021, presentando una distribución del 39% para el Ministerio de Defensa, 28% para la Policía Nacional y el restante se distribuye entre el Ministerio de Defensa-Salud; el hecho de presentar una mayor asignación presupuestal a la defensa y policía sobre el desarrollo tecnológico y científico refleja el temor -necesidad- del Estado de volver a tener control del territorio por medio de la fuerza y la falta de voluntad para impulsar una reactivación económica desde diferentes frentes en el país.
Una de las sorpresas de este huevo kínder llamado Presupuesto General de la Nación es el desfinanciamiento por $38 billones de pesos constituido por los rubros de “Otros Recursos de Capital” y “Disposición de Activos”; el aforo de Otros Recursos de Capital asciende a $26 billones y para su obtención se cuenta con 18 meses, en otras palabras, además del problema de focalización de recursos, no hay recursos. Los $12 billones restantes de Disposición de Activos representan enajenaciones de bienes de la nación, lo que en palabras más coloquiales sería un cheque en blanco para realizar las ventas de empresas de la nación necesarias para la obtención de estos recursos. Esto sin contar la disminución del 14% para el rubro del Ministerio de Trabajo en un momento clave donde las políticas de generación de empleo son imprescindibles para tener un mayor dinamismo en la economía colombiana.
En síntesis, el Presupuesto General de la Nación para el año 2021 no va acorde a la atención de la pandemia y, mucho menos, a la reactivación económica. Es así cómo el gobierno continúa focalizando sus esfuerzos en sectores que ha considerado imprescindibles para el desarrollo económico y no propende en el fortalecimiento de sectores que pueden generar, eventualmente, reactivación económica.
Autor: Juan Camilo Quintero Pacacira
Facultad de Economía
Imagen tomada de: Creedmoor