Opinión Divergencia
17 de marzo de 2022
NFTs y lo podrido del mercado especulativo en el mundo del arte
¿Cómo funcionan y en qué afecta al mercado?
Últimamente se ha discutido bastantes controversias respecto a los NFTs en varias redes sociales, plataformas de debate y difusión informativa; se quiere entender por qué alguna imagen random de internet se ha vendido por millones de dólares en alguna casa de subastas y sobre lo absurdo de lo que es este hecho, ya que no le encontramos ningún sentido o concepto de valor verdaderamente representativo a un meme o imagen de internet que se vende por millones de dólares dentro del internet. Viéndolo de esta manera superficial, sí, es escandaloso, un timo y quizá algo irracional, pero tiene sentido. Sin embargo, estos temas encaran sobre lo irracional que pueden ser los mercados en su afán de darle un valor transable y especulativo a todo lo que tenga un certificado de propiedad.
Para entender un poco más la controversia, es importante saber que los NFT (non fungible tokens), son unidades únicas de datos dentro del blockchain que representan un bien digital y determinan un derecho de propiedad sobre cualquiera de estos. Por ejemplo, si alguien compra una imagen o NFT, esta persona tendrá el certificado legítimo digital de la propiedad virtual, lo cual diferenciará las demás imágenes dentro del internet de la imagen original, aumentando así su valor transable en el mercado y escasez.
En la opinión pública, los activos digitales, generan debates de bastante controversia, pues su valor es algo tan subjetivo que para algunos se vuelve nulo o muy sobrevalorado en términos de dinero, por ello, las interrogantes que debemos proponer son: ¿Cómo juega el mundo del arte en la determinación de un bien digital? ¿Cómo es que llegamos aquí?
Para entrar en contexto sobre cómo se relaciona el mundo del arte con los mercados especulativos de los NFTs, debemos tener en cuenta que después de la segunda guerra mundial el arte dejó de tener valor por su significado social; aspectos político-económicos o contextos históricos, desde entonces, el valor del arte se empezó a determinar principalmente por su estética, color o composición de líneas. Esta nueva tendencia en el mundo del arte fue muy aclamada por el mundo de las finanzas en los 80s, pues eran obras muy aclamadas, escasas, invaluables e imposibles de replicar, aumentando su valor y tratando a estas obras más como un activo que aumenta su valor a través del tiempo.
Con la era de la digitalización, los certificados de autenticidad, propiedad y el auge de las criptomonedas, el mundo del arte contemporáneo pudo popularizarse y democratizarse a nivel global, abriendo paso a una combinación entre el arte, propiedad digital y mercados especulativos. El tema aquí es que el valor monetario de tantos bienes digitales como obras de arte contemporáneo no se basan en su significado o crítica, sino por la popularidad que ciertos actores del mercado le dan a esta obra o propiedad, cabe resaltar que estos actores manipulan el precio sobrevalorando la obra e inflando el precio de la misma.
Al fin y al cabo, los NFTs son un claro ejemplo de lo que el hype o popularidad puede crear en los mercados especulativos y cuando se tiende a sobrevalorar objetos o bienes no tangibles. El mundo del arte puede que sea elitista y sobrevalorado, sin embargo, al ser tangible, este tendrá un techo por el cual no sobrepasarse.
Autor: David Delgado Dager
Facultad de Economía