Facultad de Economía

Opinión Divergencia
7 de mayo de 2021

La comunicación es la solución

El presidente Iván Duque propuso una conversación nacional con diferentes grupos, gremios y entidades del país para consolidar la solución a los problemas económicos y sociales que vive la nación. Llega un nuevo ministro de Hacienda y Crédito Público, después de la renuncia de Alberto Carrasquilla, para coger el timón de este barco que parece que está cada vez más hundido. 

En las primeras horas, después de asumir el cargo, el nuevo ministro, José Manuel Restrepo, salió a la opinión pública a convocar a diferentes grupos de la población colombiana al diálogo y al consenso. Eso es un buen mensaje, pues el gobierno está dispuesto a negociar y a dialogar. 

Para mí, el concepto principal y fundamental del diálogo que propone el gobierno,– es escuchar; uno de los grandes errores que ha tenido esta administración, en especial las últimas semanas, es la falta de comunicación. Parece que se les olvidó escuchar y solo saben lanzar órdenes sin explicarlas. 

Antes de que se dé el diálogo nacional, el presidente debería retirar del gobierno a todos los funcionarios que tengan una baja disposición de escuchar. Aquí el problema es que los tecnócratas piensan que tienen todo resuelto en sus fórmulas y no se percatan de lo que realmente pasa en las calles. Esto se vio reflejado en el Proyecto de Ley de Solidaridad Sostenible. El que no esté dispuesto a atender respetuosamente, debería retirarse de sus cargos públicos. Iván Duque, tiene que, por decencia y respeto a las personas que hoy marcha, cambiar el personal de su gabinete. Personas que sepan escuchar. 

Dialogar con los diferentes grupos políticos, sociales y económicos del país no significa que se tenga que hacer lo que ellos piden, pero si hay que tomarlo en cuenta. Para esto el equipo administrativo de la presidencia debe estar dispuesto a recibir críticas que no quiere oír. En ocasiones, una propuesta de oposición sólida, fundamentada y respetuosa, es más satisfactoria en cuanto a la búsqueda de un objetivo colectivo. 

También hay que eliminar los miedos que impiden hacer cambios; con esto quiero decir que es hora de dejar de hacer caso al expresidente Álvaro Uribe, y realmente ser consciente del cargo que el presidente tiene y, más que nunca, en menester demostrar el liderazgo que su cargo amerita. 

Si en realidad el presidente y su gabinete está interesado en proveer soluciones a las personas que hoy están en las calles, en su gran parte, de forma pacífica, tiene la obligación de entender la complejidad de la situación y todas las variables que surgen de esta. Duque tiene el deber de entender y explicarles a los ciudadanos la situación, y, -como diría el ensayista Nassim Taleb, el presidente tiene que asumir riesgos y jugarse la piel. 

 

Autor: Isaías Isaza

Facultad de Economía

Imagen tomada de: Depositphoto