Facultad de Economía

Opinión Divergencia
2 de octubre de 2020

El renacer de un mundo

Estos últimos meses hemos estado inmersos en lo que llamo “la tiranía del reino sin rey”, un lugar del espacio humano sin liderazgo y sumido en la polarización de la actividad política, ideológica y social, es así como afrontamos un momento sin duda histórico donde se radicalizan las opiniones y se estremece el estatus quo, pero no solo me refiero a la Colombia de Uribe-Duque ni al Estados Unidos de Donald Trump, hablo del mundo entero, estamos perdidos en un mar de líderes politizados y sin rumbo que solo rinden a los dueños de la opinión, que no son una organización elite que muchos cibernautas víctimas de las desinformación creen que existe, sino que se sitúan en una gama mas abstracta y amorfa, somos nosotros sin serlo.

Somos nosotros los culpables de ostentar la era de los liderazgos del populismo, donde lo que interesa no es el futuro de nuestra especie, sino el futuro de nuestras ideas individuales olvidando que como individuos hacemos parte de un conjunto, y que sin este simplemente perdemos la batalla mas larga que la humanidad entera enfrenta; la lucha por no desaparecer del universo. No caigamos en la historia de dioses inmortales culpables de nuestra desgracia, no seamos los cómplices de la confusión, aunque sepamos que en el mundo donde vivimos pareciera que la verdad nos ha abandonado y solo quedan miles de mentiras y hechos construidos desde la perspectiva de los sentimientos y no de la razón.

En esa misma narrativa de una humanidad enfrentada a las transformaciones de un tiempo digital nos debemos dar cuenta que como especie hemos logrado en el pasado adaptarnos a nuevas realidades y quizás esa es nuestra mayor cualidad, muchas otras especies no sobreviven a las variantes condiciones y terminan siendo consumidas por los cambios. Es por esta razón que el nuevo entorno no debe ser el final de nuestro recorrido, aun cuando las sombras de las desgracias arasen con terminar grandes partes de nuestra cotidianidad, somos capaces como especie de integrarnos, de coordinarnos y de cooperar.

Pero sin duda tendremos que superar varios obstáculos antes de vislumbrar un camino que nos lleve hacia el renacer de un mundo, donde seamos capaces de afrontar la crisis actual de liderazgo, económica, de salud y social con serenidad y confianza en que podemos errar mientras triunfamos caminando al lado de todos, porque como lo dicen los científicos del IPCC (Grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio climático)  y del mundo entero hay una crisis que debemos enfrentar con resiliencia en los próximos años, donde es necesario unirnos como humanidad para lograr sopesar los tiempos mas duros que jamás hemos vivido, la época en la que el clima cambio rápidamente por nuestra culpa.

Un mensaje convertido en la lucha de una generación nacida en la era de la información, centrarnos en los problemas que en el mediano y largo plazo terminaran colocándonos en un punto de no retorno, el clima y los procesos naturales estaban en un equilibrio frágil que decidimos unilateralmente romper y que ahora la generación de “cristal” como se nos ha llamado  asumió como un reto de toda la humanidad, sin olvidar que esta situación no debe romper los logros alcanzados, mas bien debe ser un catalizador para formar un mundo sostenible y socialmente diverso, donde seamos capaces de asumir nuestras debilidades, fortalezas y diferencias.

Termino diciendo, somos quien debimos ser en el momento preciso de la existencia humana, y espero en el desván de mi esperanza que seamos suficientemente capaces de lograr los cambios necesarios en un mundo donde la desigualdad, la entropía de la información web y nuestros instintos explotados por lo que creamos dominan la realidad.

Autor: Santiago López Rodríguez

Facultad de Economía.