Facultad de Economía

Opinión Divergencia
12 de febrero de 2021

El FC Barcelona, una crisis administrativa y deportiva

Actualmente el Barça está enfrentado una durísima crisis en materia institucional, deportiva y económica; su anterior presidente Josep María Bartomeu dimitió del cargo el pasado mes de diciembre por conflictos internos y las elecciones están sin una fecha clara por los problemas sanitarios, agudizando así toda esta situación de incertidumbre.

Los resultados en materia deportiva tampoco acompañan siendo los peores en los últimos 17 años y, sin duda alguna, lo más crítico en todo este contexto actual son las memorias del club reveladas el pasado 26 de enero. En ellas salió a la luz pública la enorme deuda del club tasada en 1.173 millones de Euros, de la cual 730,6 millones de euros componen el rubro de pasivos a corto plazo, cifra que se incrementó debido al contexto actual de la pandemia que golpeó fuertemente a la industrial del fútbol, pero contrario a lo que se puede llegar a pensar lo sucedido por el COVID-19 no justifica en lo más mínimo a una mala gestión que detonó este momento tan crítico.

Los equipos de futbol, incluido el Barcelona, funcionan como cualquier empresa, ya que necesitan los mismos pilares fundamentales como directivos que coordinen sus actividades, implementen estrategias adecuadas siendo excelentes gestores del capital humano y que en un escenario de gestión deportiva enfocada en el fútbol este último ítem es uno de los rubros más importantes. Teniendo esto presente se puede entrar a desglosar los errores de una gestión económica y deportiva mal desarrollada a lo largo de estos años que compromete el presente y futuro de uno de los equipos más grandes a nivel mundial.

Remontándonos al año 2015, cuando se le dejó de dar la independencia necesaria al área de la dirección deportiva del club y sus decisiones desde aquel año donde consiguieron ganar la UEFA Champions League, venían involucrado fuertemente a los directivos del club por encima de los entrenadores de turno o líderes de la gestión deportiva que en teoría son los encargados. Esto con el tiempo ocasionó que los activos más importantes del club (sus jugadores) se gestionarán de mala manera y se realizarán fichajes poco adecuados para lograr resultados sostenidos en el tiempo.

Priorizando el presente por encima de una visión a largo plazo y con esto se hace referencia a la realización de renovaciones a jugadores con una edad muy madura y que actualmente se han depreciado fuertemente en su valor futbolístico como lo haría cualquier otro activo, adicionalmente cada renovación venia acompañada de incrementos salariales más elevados año tras año. Lo que finalmente desembocó en tener una de las plantillas más longevas entre los equipos más poderosos de Europa y volverse en el club que más porcentaje de sus ingresos (848 M de Euros 2020) destina al pago de salarios rondando un 74% aproximadamente.

La venta de Neymar en 2017 permitió el ingreso de 222 millones de Euros a la caja y al contar con tanta liquidez causó una subida de precios enorme en todos los pases que estaban en la agenda del Barcelona. Esto desembocó en el desembolso de cantidades desorbitadas por sus fichajes causando que balanza entre sus ventas y compras tuviera números negativos muy acentuados dejando la estabilidad económica muy al margen y con deudas que actualmente no se han podido saldar. Adicionalmente, muchos de los fichajes realizados demostraron una falta de la planeación deportiva quienes aceptaron la llegada de jugadores con fichas altísimas y que no tenían un lugar claro en el equipo, un ejemplo de esta situación son los 395 M de Euros pagados por Couthino, Dembelé y Griezmann, tres fichajes que hoy en día deportivamente no justifican su desembolso realizado y que sus posiciones los hacen competir entre ellos por un puesto en las alineaciones titulares.

Esta política de fichajes controversial y que dejó mucho que desear, también justifica la fuga de talentos jóvenes a otros equipos dificultando aún más el proceso de una renovación que no se hizo en el momento oportuno y desconociendo el potencial histórico en el desarrollo de los jóvenes talentos del club donde se pueden destacar referentes como Xavi, Iniesta o Messi. Qué decir de este último, un jugador que no le costó significativamente nada al club, en relación con su valor económico el cual es incalculable, sin importar estos precedentes, la falta de oportunidades y el desprecio a la cantera durante estos años ha ido en aumento debido a el interés económico que causan los fichajes.

Finalmente, los últimos fracasos en Europa: 2-8 Bayern Múnich (2020), 4-0 Liverpool (2019), 3-0 Roma (2018) y 3-0 Juventus (2017), demuestran que el equipo hace años dejó de competir a nivel internacional y muchas veces el aficionado de fútbol relaciona esta serie de malos resultados a acciones puntuales que pasan en un partido, sin embargo, esta crisis deportiva sostenida en el tiempo justifica cómo una mala gestión puede conducir a uno de los equipos más poderosos a una situación delicada para su presente y futuro; arrojándonos la importante lección que ganar significa mucho más que conseguir reconocimiento, ganar es respetar los componentes administrativos y deportivos para así garantizar el éxito institucional sostenible a través del tiempo.

Autor: Ricardo Avilés Jaimes

Facultad de Economía

Imagen tomada de: RedGol